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Entre los deportes correr me parecía el menos consumista, sin necesitar inscripciones, campos, instrumentos es una forma de ejercitarse rebelde que puede ejecutarse en cualquier momento. El capitalismo toca todas nuestras actividades y deseos, existen muchisimos productos relacionados al running.  Pensando en los más fundamentales, las zapatillas o tenis.

Para elegir es necesario considerar: La distancia a correr continuamente, el tipo de pisada (que puede ser pronador, supinador o neutro según apoyen), la superficie donde se entrena y el nivel de amortiguación.

Hay principalmente dos escuelas de pensamiento en torno a esto. La primera, partiendo de que el correr implica un fuerte impacto en las rodillas y tobillos promueve el uso de tenis lo más amortiguantes posible. Por ejemplo Adidas Boost or la serie Nimbus de los japoneses Asics.

Siguendo a Adharanand Finn, en su investigación en Kenia y Japón, penando también en los indigenas Raramuris, lo ideal para el cuerpo humano es correr descalzos. Sí, el tenis sería entonces solo una protección contra la fricción e irregularidad del terreno. Claramente para no lastimarnos, idealmente el entrenamiento se tiene que llevar a cabo en pista o sobre la tierra. Sí, los kenianos y los raramuris corren sobre la tierra y eso les lastima menos que los japoneses sobre el pavimento. Pero no se puede decidir de un día a otro dejar los tenis con amortiguación de aire, resortes o gel, por un par de tenis minimalistas o ¨barefoot¨. Resulta que por caminar toda nuestra vida con zapatos, los habitantes urbanos hemos subdesarrollado muchos músculos del pie y tobillo. Entonces antes de atreverse a intentar correr con los tenis ¨barefoot¨ se necesita caminando por semanas con ellos, y claro usarlos idealmente sobre la tierra.